En la
dinámica de la deuda incide tanto las decisiones que los gobiernos toman con
respecto a la política de ingresos, gastos y endeudamiento, como la evolución
de las variables macroeconómicas relevantes tales como la tasa de crecimiento
económico, la variación del tipo de cambio nominal, las tasas nominales de
interés, la tasa de inflación, así como la evolución del mercado
petrolero para el caso venezolano.
Venezuela
se puede endeudar internamente y externamente. La deuda interna es en BsF y se
realiza a través de diferentes instrumentos como los bonos DPN (Deuda Pública
Nacional), esta deuda no está sujeta a default y son considerados como los
activos libres de riesgo de cada país, hecho que resulta lógico porque siempre
queda como último recurso la emisión de dinero orgánico para cumplir con las
obligaciones. La deuda externa puede estar en diferentes monedas, Venezuela
principalmente lo hace en US$, y también puede adquirirse a través de
instituciones financieras extranjeras (vía muy común para los años 70 y 80) o
también a través de deuda soberana como lo fue la emisión de los recientes
bonos soberanos, los globales.
El
endeudamiento puede ser estimulado por la presencia de condiciones favorables
en el marcado de crédito, por ejemplo: tasas de interés bajas o fijas y plazos
largos. Asimismo, dadas unas necesidades de financiamiento, mientras más bajo
sea el nivel de ahorro interno, mayor será la tendencia a contratar deuda
externa, con el fin de cubrir el faltante de ahorro doméstico.
Independientemente de su origen, la contratación de deuda
pública plantea, en el mediano plazo, la necesidad de que el Estado cuente con
un flujo de ingresos fiscales tal que le permita honrar el servicio de la
deuda, y atender los demás gastos previstos en la ejecución presupuestaria,
tanto los de inversión como los gastos en educación, asistencia médica social,
seguridad pública, administración de justicia, etc. De allí la necesidad de que
el endeudamiento público se destine al financiamiento de proyectos que, en el
mediano plazo, contribuyan a generar recursos para servir a la deuda. De no ser
así, los agentes económicos pueden pensar que el incremento de la deuda pública
hoy, se pagará con mayores impuestos en el futuro, lo cual podría ser
dificultar la colocación de los nuevos títulos del gobierno.
ORIGEN Y EVOLUCION DE LA DEUDA PÚBLICA VENEZOLANA
Del boom petrolero
a la crisis de 1983:
El
origen y evolución del endeudamiento público venezolano ha sido ampliamente
reseñado y discutido, sin embargo convendría precisar los siguientes aspectos:
·
El origen del endeudamiento externo coincide
con la realización de ambiciosos programas de inversión, para los cuales los
recursos extraordinarios generados por el alza de los precios del petróleo no
resultaron suficientes.
·
El incremento de la deuda externa fue posible
gracias al reciclaje de los excedentes de recursos que los países exportadores
de petróleo depositaron o invirtieron en los mercados internacionales.
·
La banca internacional canalizó los recursos
a los países en desarrollo, debido a la recesión que atravesaban los países
industrializados, sin evaluar adecuadamente las posibilidades de recuperación
de los créditos concedidos, confiándose en las garantías que otorgaban los
gobiernos.
En
efecto, el proceso de endeudamiento externo de Venezuela se intensificó a
partir de 1977, hasta alcanzar niveles cercanos a US$ 30.000 millones en 1983,
cuando se produjo la crisis de la balanza de pagos que rompió el largo período
de estabilidad cambiaría en Venezuela. Dicha crisis fue la conclusión lógica de
la combinación del deterioro progresivo y acelerado de los precios del petróleo
y la consecuente caída de los ingresos por exportación, con un servicio de
deuda externa creciente, impulsado por la elevación de las tasas de interés en
los Estados Unidos. En este contexto, a partir de 1981, los países en
desarrollo empezaron a incurrir en atrasos en el servicio de la deuda lo cual
generó la suspensión progresiva del otorgamiento de nuevos créditos por parte
de la banca internacional, inclusive para refinanciamientos.
El
cierre de las fuentes de financiamiento internacional se hizo definitivo en agosto
de 1982 después que el gobierno mexicano anunció la moratoria de los pagos de
capital de su deuda externa previstos para 1982 y 1983.
1984-1988: El aumento de la deuda interna:
Con el cierre de las fuentes de crédito internacional en 1982, se produce una
tendencia creciente al endeudamiento interno del sector público, para financiar
tanto los proyectos en ejecución, como los nuevos programas emprendidos por el
Gobierno Nacional en el lapso 1.985-1.988, que procuraban reactivar la economía
por la vía del gasto público.
Bibliografía:
Gabriela Cadenas
C.I.:
18.798.437